Las huevas de esturión más apreciadas del mundo provienen del Mar Caspio, cuyas salobres aguas comparten la tierra de los zares y la abstemia Persia de los ayatolas.
Pero, es Francia la que irradia el prestigio de tan codiciado manjar. Y allí, siempre se prefiere degustar el caviar, no con vodka helado, sino a la vera de una burbujeante copa de champagne.
Sin embargo, la razón por la que caviar y vodka son una power couple de las exquisiteces, radica en la forma en la cual el neutro sabor del destilado y la forma en la que cubre el paladar y lo limpia de toda influencia, logran realzar los atributos del caviar, preparando el paladar perfectamente para este exquisito bocado.
El vodka debe estar frío y servido a la manera rusa; es decir, sin hielo ni agua. El caviar puede degustarse sobre un blini o panqueque pequeño de sabor neutro, que hace las veces de un vehículo que no opaca el sabor.